Bienvenido al blog de las melodías

Compartir es un gusto. Todo lo escrito en este blog es de mi autoría al menos que se indique lo contrario en el titular.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Hombre taciturno

Te vi sentado allí, contemplativo. Estabas solo.
Te encontrabas en un macrocosmo, pero te presentía individualista.
El estentóreo mundo te atormentaba, alterando tus sentimientos y pensamientos.  Sin embargo lograbas reflexionar.
Tu mirada, repleta de significación, no simbolizaba la hipermetropía que te invadía y te hacía ver las cosas tan diferentes a como yo lo hacía.
El hedor de tus ideales contaminaba el aire.
Tu piel rubricada con mis palabras buscaba una extensión para sobrevivir en este estúpido y bello mundo, asqueado de maledicencias y hermosas melodías también.
Vos, indómito, estabas en guerra con tu conciencia, no te podías perdonar, no te podías controlar.  Sin embargo físicamente estabas en paz.
Mohíno, taciturno, te dejabas invadir por la tristeza, la soledad y el temor; rebasabas de imposibilidades.  Te hundías, flotabas; pero no conseguías tener un encuentro con la felicidad.  Por eso te estimulabas con una miríada de sustancias, para partir, vulnerando tu moral, desvalorizando lo real.  Así lograste liberarte. Ganaste la guerra contra tu conciencia, y la perdiste contra tus estímulos.  Entonces, tu alma se volvió etérea y tu cuerpo se hundió en las profundidades de Buenos Aires sin pagar ni cobrar la más mínima remuneración.